En el artículo de hoy de Toldos Gandía vemos cómo proteger un toldo cuando llueve y los cuidados necesarios a posteriori si se ha mojado.
Las inclemencias del tiempo, especialmente la lluvia, pueden suponer un problema para la durabilidad y el buen estado de nuestros toldos.
Aunque inicialmente puedan parecer diseñados principalmente para protegernos del sol, los toldos también tienen su papel durante las temporadas de lluvia e invierno.
Es importante saber cómo manejarlos adecuadamente en tales condiciones para que permanezcan en excelente estado durante años. Con la variabilidad del tiempo, no es raro que nos encontremos con lluvias inesperadas incluso en días que comienzan soleados.
A continuación, abordaremos las mejores prácticas para proteger nuestros toldos durante la lluvia.
¿Qué hacer con el toldo cuando llueve o hay previsión de lluvias?
¿Qué hacer con el toldo cuando empieza a llover? Si bien los cambios del tiempo puede sorprendernos con lluvias inesperadas, el cuidado adecuado de nuestro toldo nos permite prepararnos adecuadamente.
Cuando se espera un clima lluvioso, es aconsejable mantener los toldos recogidos. Esto se debe a que la combinación de aire y lluvia puede facilitar el desgaste del material del toldo, afectando tanto su funcionalidad como su estética. Es posible distinguir entre diferentes tipos de lluvias.
Una ligera llovizna o una breve tormenta no representan una amenaza grave para la mayoría de los toldos de calidad. En estos casos, pueden dejarse desplegados sin mayores preocupaciones.
La atención debe centrarse en lo que sucede después de que la lluvia ha mojado el toldo. La humedad prolongada puede ser perjudicial, propiciando la aparición de moho y hongos en el tejido. Tras una lluvia, incluso si ha poca, hay que asegurarse de que el toldo se seque completamente.
Si las condiciones climáticas no permiten que se seque de forma natural, es recomendable recogerlo temporalmente y volver a desplegarlo una vez que las condiciones mejoren.
¿Cuándo llueve hay que recoger el toldo?
La respuesta a esta pregunta no es absoluta y suele variar en función de la situación y las condiciones meteorológicas concretas. Si bien un toldo está diseñado para ofrecer sombra y protección, no todos están igualmente preparados para soportar las inclemencias del tiempo.
Un ligero chubasco o una llovizna breve, generalmente, no requiere que recojamos el toldo inmediatamente. Estas condiciones pasajeras, aunque puedan dejar el toldo húmedo, no suelen ser lo suficientemente intensas como para provocar un daño estructural. Es fundamental asegurarse de que, una vez que la lluvia ha cesado, el toldo pueda secarse adecuadamente para evitar la formación de moho o la degradación del material, como hemos visto en el apartado anterior.
En el caso de lluvias intensas, persistentes o acompañadas de fuertes vientos representan otro punto diferente. Siendo así, es crucial recoger el toldo para protegerlo. Estar informado sobre la previsión meteorológica nos permite anticiparnos y tomar las medidas adecuadas para proteger nuestro toldo.
Además, el material con el que está hecho el toldo también juega un papel fundamental. Algunos toldos de alta calidad están fabricados con materiales más resistentes al agua y al desgaste. A pesar de ello, siempre es recomendable seguir las indicaciones del fabricante y, en caso de duda, optar por la precaución.
¿Qué pasa si recojo el toldo mojado?
Recoger un toldo mojado puede tener consecuencias negativas para su durabilidad. Si el toldo se guarda húmedo, puede desarrollar problemas de humedad, dando lugar a la formación de hongos y moho. Estos organismos pueden debilitar el tejido del toldo, reduciendo su vida útil y afectando su apariencia.
Si por alguna razón se recoge mojado, es preciso extenderlo nuevamente tan pronto como las condiciones lo permitan para permitir su secado completo. En caso de que la lluvia haya dejado manchas de barro o suciedad, una vez que esté seco, el toldo debe limpiarse como vimos aquí.