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Sí, sí existen maneras de bloquear una puerta que no tenga pestillo. Es decir, aquellas puertas que solo se abren desde un lado, pero que en su cara interior no se puede colocar seguro.

Los trucos para lograrlos son realmente fáciles, como también ingeniosos y que sin duda te sorprenderán.

Incluso cuando los veas en acción, vas a pensar: «¿Por qué no se me habría ocurrido antes?». Todos estos trucos están pensados para favorecer tu privacidad. Y en algunos casos, como cuando se cierra desde afuera, serán demasiado obvios, aunque no por ello certeros.

Formas de bloquear una puerta sin pestillo desde dentro

Realmente en este caso si hay varias opciones.

Aunque quizá el más reconocido tenga que ver con usar un tenedor. En este caso, lo que tienes que hacer es partir el tenedor, en zona superior, en lo que vendría a ser la cabeza. Y doblar las puntas del tenedor para que encajen en la ranura del cerrojo.

A continuación, con el otro extremo del tenedor, lo colocarás cruzado, ubicándolo entre las barras del tenedor. De esa manera, cuando alguien quiera empujar la puerta hacia adelante, encontrará el bloqueo que establece esa barra de metal. La cuestión de fondo es ubicar bien los dientes doblados en el hueco donde va el cerrojo.

En otras palabras, aunque la persona tenga la llave para encajar el cerrojo en la puerta, cuando intenta empujar hacia adelante no podrá avanzar. El mecanismo está en que el tenedor y su sistema obstruye esta posibilidad. Se sugiere colocar trozos de cartón para que el movimiento de la puerta cuando se esté presionando no raye la pintura o la calidad del material de la puerta.

como cerrar una puerta si no tiene pestillo

  • Colocar una silla pegada a la puerta justo debajo del picaporte para evitar que pueda moverse. Esta es la forma más habitual para bloquear la puerta.
  • Colocar mobiliario. En este caso lo que evitamos es que la hoja de la puerta pueda desplazarse hacia dentro bloqueándola por completo, en el caso que la puerta se abra hacia dentro. Si el mobiliario es pesado mucho mejor ya que será casi imposible desplazarlo empujando la puerta.
  • Colocar cuerdas con tensión. En función de cómo esté dispuesta la manivela de la puerta debemos ingeniarlas mediante una cuerda para evitar que la puerta pueda abrirse. Ya sea atándola a la manivela para que no pueda girar o aplicando tensión para que no pueda estirarse y abrirse la puerta.

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¿Cómo atrancar una puerta desde fuera?

En este caso, las soluciones son demasiado obvias. Realmente no existe una manera eficaz de bloquear una puerta desde afuera sin que se note el truco. Por ejemplo, la primera gran opción es el uso de un tope de bloqueo que va en el suelo. Pero en este caso, el truco aplica en aquellas puertas que se abren hacia afuera.

El tope, como ya puedes suponer, actúa en la misma dirección de quien estira de la puerta. La persona que está estirando muy pronto entenderá el bloqueo y no tardará en darse cuenta del tope. Si lo retira, podrá acceder.

Su funcionalidad es casi igual de idéntica a la colocar una silla o un letrero para advertir que no quieres que nadie entre a la habitación, sea porque haya alguien adentro de la habitación o porque no quieras develar que es lo que estés haciendo.

Ahora bien, sí existe un truco muy audaz para bloquear la puerta que, si se hace de manera pulida, no dará pistas de que esta bloqueando. La cuestión se simplifica en atar la manivela a una cuerda y estirarla hacia arriba, pasarla por encima del borde de la puerta y atarla firmemente a un clavo.

La tensión de la cuerda es esencial para garantizar que quede bloqueada. Pero también tendrás que ingeniártelas para que no se vea la cuerda desde el exterior ni el clavo. De manera que cuando quieras entrar, cortas la cuerda y la manivela libera su tensión.